Es común que una sociedad otorgue poderes a personas físicas con distintos alcances para llevar a cabo ciertos actos de interés para esta.
También es sabido que, en muchas ocasiones, las personas que gozan de las facultades que se les otorgan en las empresas donde trabajan, son despedidas por éstas por una u otra razón, o simplemente renuncian y se van.
Lo malo es que, en la mayoría de las ocasiones, las personas que se van siguen teniendo vigente el poder que la empresa les otorgó.
Y lo peor del caso, es que, salvo raras y honrosas excepciones, esas personas físicas a que nos referimos, utilizan para su conveniencia el poder y las facultades que conservan, aun cuando ya no trabajan para la empresa que se los dio, celebrando a diestra y siniestra actos que perjudican al negocio y ocasionando en la mayoría de las ocasiones un agujero en el bolsillo de los empresarios.
No permita que a su negocio le pase esto, tenga cuidado y revise bien a qué personas le ha otorgado poderes y con qué facultades, para que así, pueda revocar uno por uno y salve a su negocio de la gente abusiva.
Para que lo sepa, con un poder se puede vender un inmueble de su propiedad sin que usted se entere.