Por: Daniel Eduardo Tenorio Arce
Después del accidente ocurrido en el ya hoy famoso Tiburonario del Acuario Mazatlán, hemos visto en la prensa que algunas de las personas que participaron en su proceso de creación y que incluso, lo echaron a andar han evadido el tema. Podemos decir que a estas alturas la palabra “Tiburonario” es sinónimo de polémica y corrupción.
La semana pasada, la nota la dio el ex director de ese centro de entretenimiento, quien informó ante varios medios de comunicación locales, la presentación de un amparo en relación con este tema.
No sabemos qué actos reclamo, ni tampoco a qué autoridades, ni si se concedió alguna suspensión; lo único de lo que se tiene conocimiento es que el amparo fue admitido por un juez de distrito, lo cual implica que se deberá tramitar por todas sus etapas hasta llegar a que se dicte sentencia. Esto, siempre y cuando, las demás partes no impugnen su admisión.
Pero, lo que sí resalta de la manera en que se están conduciendo quienes participaron en este proyecto, ya sea directa o indirectamente, es que hay miedo, pues es un secreto a voces que el tema Tiburonario tiene desde su origen una serie de irregularidades e ilegalidades que ya están aflorando, y por esa razón, los involucrados ya están optando por acudir a la justicia federal, hasta para evitar ser llamados a declarar.
No sería una sorpresa que en las semanas siguientes, sepamos de más involucrados que estén optando por acudir ante alguna instancia, para evitar ser llamados a declarar o ser detenidos. Hay que estar atentos.