Les pido disculpas a los lectores por el tono un poco sarcástico de esta colaboración, pero nuestros señores políticos no dan para más, ni merecen mejor trato, salvo pocas, raras y honrosas excepciones.
En el sexenio pasado, el gobernador del estado cambio la ley del notariado, con la única finalidad de regalar notarías a sus amigos y pagar algunos favores que con singular alegría contraen los políticos en cuanto llegan al poder.
Curiosamente, cuando el actual gobernador andaba en campaña, le reprochó al anterior el cambio en la ley del notariado, considerando (con toda razón), que no estaba bien regalar notarias.
Gracias a una batalla legal emprendida por algunos notarios locales, el exgobernador no pudo dar notarías al finalizar su sexenio y se esperaba que el actual gobernador modificará la ley del notariado para establecer exámenes y filtros más rigurosos.
Pues bien, ahora resulta que el gobernador en turno esta en papel de Santa Claus y, aprovechando que viene navidad, va a leer las cartitas de los aspirantes a notarios y se espera que en este mismo mes empiecen a llegar a las botitas navideñas los fiats de notario (autorizaciones para ser notario) correspondientes.
En las imaginarias cartitas a Santa Claus, de seguro se podrá leer lo siguiente:
- “Querido Santa, soy amiguito de Enriquito (el del centro) y aunque sé que soy de los más burros de la escuela, quiero que me traigas de navidad una notaría. P.D.- Si no me la regalas te voy a acusar con Enriquito”
- “Querido Santa, no tengo la menor idea de lo que es ser notario, pero soy hijo(a) de un notario y mi “padrino” ya te escribió mi cartita de navidad para que me regales una notaría. P.D.- Si no me la regalas mi padrino se va a enojar contigo”.
- “Querido Santa, he reprobado varios exámenes para notario y también reprobé este aunque me pasaron con diez, pero no te fijes en eso, mis parientes son empresarios y tienen mucho dinero y si no me traes esta navidad una notaría, se van a enojar contigo”.
- “Querido Santa, sé que hay otros aspirantes mejor preparados que yo, pero si no me regalas de navidad una notaría, mi papá notario y los papás notarios de mis otros amiguitos ya no van a creer en ti. P.D.- Yo sí creo en ti Santa”.
Doy disculpas por ser tan irrespetuoso pero si no me cree que van a regalar notarías en navidad, espérese para día de reyes y verá. Que Santa lea las cartitas de los aspirantes y les de su regalito, es una cosa, que los regalitos sean eficaces y no se caigan en los tribunales, es otra.
Sobre todo en Mazatlán, es claro que faltan notarios, está bien que los nombren. Lo que no está bien es que los nombramientos se hagan, no por ser los más preparados o los más honestos, sino por pagar favores políticos y por quedar bien con los dueños del dinero.
Sobre todo en nuestra ciudad, hay por lo menos dos aspirantes que han demostrado que tienen de sobra capacidad profesional y honestidad para ser notarios, Santa de seguro sabe quiénes son. Ellos si se merecen sus notarias, los demás… apenas regaladas.
Por David Cristóbal Álvarez Bernal (*)
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(*) Socio Director de Bufete Álvarez y Asociados y Presidente del Consejo Directivo de Acciones Colectivas de Sinaloa, A. C.