El título de la colaboración de esta semana suena raro, ¿verdad? Bueno, pues su intención es hacerlo reflexionar sobre si realmente a su negocio le gustaría estar pagando multa tras multa, hasta ponerlo al borde de la ruina.
Cualquier empresario en su sano juicio, conoce el esfuerzo y dedicación que se necesita para que el negocio genere ingresos suficientes, no sólo para pagar sus gastos, sino para generar utilidades ya que, al fin y al cabo, para eso se pone un negocio, es decir para tener utilidades.
Por lo tanto, el sentido común de todo empresario, le dice que debe hacer lo necesario para evitar tener gastos o fugas de dinero en su negocio, generadas por errores que fácilmente pueden ser evitados.
Y uno de los errores más recurrentes que hemos visto en nuestro despacho y que es cometido por negocios de todos los tamaños (pero sobre todo por Pymes), es una falta de cultura legal preventiva, es decir, que los dueños del negocio tienen la falsa creencia de que al abogado sólo lo necesitan cuando hay un pleito.
Es cierto que cuando ya tiene una demanda o una multa encima, ya no le queda de otra más que contratar a un buen abogado para que lo saque adelante en el juicio correspondiente, pero los costos relacionados con la atención de un juicio pueden ser disminuidos considerablemente o incluso eliminados totalmente, si el dueño del negocio tiene una cultura de prevención legal.
Un claro ejemplo de lo que le digo, podemos verlo en una multa impuesta por no cumplir con la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares (de la que tanto hemos hablado), que en ciertos casos y sin ánimo de preocuparlo (aunque le sugerimos que le ponga atención al tema), puede llegar fácilmente a los 2 millones de pesos. Imagine que a su negocio le imponen una multa de ese tamaño y que necesita contratar un abogado para que lo defienda. Si el abogado defiende su caso con éxito, le va a cobrar de honorarios un porcentaje de entre el 15 al 25 por ciento del ahorro que obtenga, así que, suponga que su abogado logre que no pague nada de esa multa, en cuyo caso, usted deberá cubrir por concepto de honorarios entre 300 mil y 500 mil pesos. Se puede pensar que si su abogado le ahorra una multa de 2 millones de pesos, no está nada mal pagarle hasta 500 mil de honorarios, porque finalmente se ahorró un millón y medio de pesos.
Sin embargo, imaginemos que el negocio al que le quieren imponer la multa, tiene la cultura de la prevención legal y, por lo tanto, contrató antes de que le llegara la visita que terminó con la multa, a un buen despacho de abogados para que lo ayude a cumplir con la ley mencionada, para lo cual le pagó 100 mil pesos de honorarios (este costo corresponde más o menos a una empresa de mediana a grande y puede ser inferior en las empresas de pequeñas a medianas) y que gracias a esa asesoría logró evitar que le impusieran esa multa de 2 millones de pesos.
Haciendo las cuentas correspondientes, tenemos que el dueño de este negocio que tiene la cultura de la asesoría legal preventiva, se ahorró un millón 900 mil pesos contra el millón 500 mil pesos que se ahorró el otro empresario. ¿Cuál de los dos empresarios quiere ser usted? ¿El que se ahorra más dinero gracias a la cultura legal preventiva o el que se ahorra menos dinero por esperarse hasta que ya no tiene otro remedio que contratar un abogado?
Lo invitamos a que reflexione sobre lo que comentamos y a que implemente de inmediato una cultura de asesoría legal preventiva en su empresa, empezando con el tema de los datos personales. Se va a ahorrar mucho dinero, pero sobre todo, muchos dolores de cabeza.
Por David Cristobal Alvarez Bernal