Leo en los diarios locales, una y otra vez, quejas de algunos líderes de sectores productivos, como el de la industria de la construcción, que se duelen amargamente de quedar relegados en la obra pública estatal y municipal. Sin ánimo de ofender y dicho con todo respeto: Lloran, lloran y lloran ¡pero nada más!

A mi juicio, ya no son tiempos para andar solo quejándose porque, por lo visto, eso de nada sirve. Sería interesante ver que esos asuntos lleguen a los tribunales, para que sean estos los que determinen si una licitación o adjudicación directa fue legal o ilegal y la obra debió ser asignada a una empresa local.

Las herramientas legales las tienen a la mano y también existen despachos de abogados suficientemente capacitados para manejarlas eficientemente. Lo único que falta es «voluntad» de los afectados y, sobre todo, un cambio en el paradigma con el que actualmente se manejan.

A estas alturas ya debemos saber que, ya no estamos en los tiempos en los que los negocios se manejaban «bajo cuerda», sin que pasara nada, y si sigue siendo así, no es porque no haya soluciones legales, es simple y sencillamente porque los afectados no le quieren entrar por temor a enemistarse con los servidores públicos o por no querer «gastar» en abogados.

Esto se parece a estar enfermo, saber que padecimiento de salud tenemos, saber que medicina debemos tomarnos para mejorar nuestra salud ¡y no hacer nada!

Si queremos «aliviarnos», no hay de otra que gastar dinero en una consulta con un buen médico, comprar y tomar las medicinas que van a curarnos.

Con los abogados es la misma. Si quieres empezar a resolver los problemas, de verdad, en serio, déjate de quejar, rompe tu cochinito, cámbiale al «chip» mental y entiende que debes gastar dinero en buenos abogados que seguramente van a hacer que contratarlos, se traduzca en beneficios para ti y tu empresa.

Si de verdad contratas a un buen despacho de abogados, su principal objetivo es que lo que les pagues de honorarios se traduzca en un mayor beneficio para tu negocio. Si no es así, entonces no son tan buenos abogados. Tú decides si le sigues como vas o haces algo para mejorar tu situación.

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